Llevo más de 30 años dedicándome al arte de la costura.
Mi afición se desarrolló gracias a mi estrecha relación con mi madre, ella me llevaba a la modista para que confeccionara mis vestidos.
Con 14 años decidí dejar a un lado mis estudios de administración y dedicarme a lo que realmente me llenaba, la costura.
Empecé en una academia de confección, trabajé en talleres y mi afán de superación e inquietudes me llevaron a aprender patronaje industrial y a montar mi propio taller en casa.